Hasta hace un tiempo, estábamos acostumbrados a llevar a los niños al mismo dentista que a los adultos y solo en situaciones de emergencia. Sin embargo, cada vez se toma más conciencia de la importancia de llevar a los niños a un especialista que les dé exactamente el cuidado que necesitan: el odontopediatra.
¿Qué es un odontopediatra?
Así como existen médicos pediatras que conocen y tratan las enfermedades de los más pequeños, el odontopediatra es el odontólogo que se especializa en la salud dental de niños y adolescentes. Los odontopediatras dedican dos o tres años de su vida a especializarse en los problemas dentales de los niños, tales como las caries del biberón, problemas por chuparse el dedo o las molestias cuando salen los primeros dientes.
¿Por qué llevar a mi hijo al odontopediatra?
La razón más importante es porque ellos conocen a profundidad los problemas por los que atraviesan los más pequeños. Además, el odontopediatra tiene un acercamiento al paciente diferente del que tiene un odontólogo de adultos: este tratará al niño desde un enfoque psicológico. Los que tenemos hijos sabemos lo difícil que puede ser para ellos ir al dentista. Con el odontopediatra, esta experiencia no será para nada traumática, pues estos especialistas tienen las herramientas necesarias para tratar a los niños y adolescentes, brindándoles la mejor atención.
¿Desde qué edad debo llevarlo?
Es importante que lleves a tus hijos al dentista desde temprana edad para diagnosticar posibles patologías dentales, mala mordida o problemas en las encías. Lo ideal es que los niños realicen su primera visita al odontólogo durante el primer año de vida. Como mencionamos líneas arriba, existen problemas bucales exclusivos de bebés, como caries por el chupón o biberón, o problemas de oclusión. En conclusión, nunca es demasiado temprano para que nuestro hijo visite al odontólogo.
La importancia de visitar al odontopediatra es, también, que nos enseñará qué hábitos de higiene debemos tener con nuestros hijos. Este nos enseñará el modo correcto de realizar el cepillado y el uso del hilo dental, por ejemplo. También nos orientará sobre los mejores hábitos alimenticios para cuidar la salud bucal de los más pequeños.
Recuerda que lo ideal es que tus hijos visiten al dentista por lo menos dos veces al año. Esto ayudará a que tengan una boca sana y evitará que cualquier problema pequeño se vuelva más grave.